Mi cachorro ya está conmigo... ¿y ahora qué (Parte I)
¿Por fin tienes a tu cachorro contigo? Te resolvemos las dudas más comunes que soléis tener en estos primeros días con él.
Se abre la puerta de Mascoboutique y aparecéis con una bolita entre los brazos y una cara de felicidad, emoción y nerviosismo que nos enamora. A continuación, viene nuestra reacción: “oooohhh, ¡me muerooo!", "pero qué monería", "¿podemos cogerlo?" y el pobre cachorro, sin entender mucho a qué viene tanto revuelo, pasa de brazos en brazos y de un achuchón a otro.
Después de esos minutos de contemplación del cachorro -pedimos disculpas por si somos un poco intensas a veces-, viene la pregunta de rigor: "¿en qué os podemos ayudar?". Y ahí es donde empieza el interrogatorio y nos contáis todas las dudas y miedos que os provoca esta nueva etapa.
Lo primero que queremos dejar claro es que es completamente normal tener dudas, más si es el primer perro que tenéis. No sintáis vergüenza por preguntarnos o por no haberos leído varios libros sobre los cuidados básicos, el adiestramiento, la nutrición... Si lo habéis hecho, ¡fenomenal!. Pero si no lo habéis hecho, tranquilidad porque para eso están los veterinarios, adiestradores, todo el equipo de Mascoboutique y, lo más importante, el sentido común
. Como hemos dicho, las preguntas que nos hacéis son infinitas. Sin embargo, hay algunas que se repiten con frecuencia y son las que vamos a empezar a responderos en este post. ¡Allá vamos!
¿Mi cachorro está como triste o asustado, es normal?
Que esté un poco triste, apagado o tímido los primeros días es lo más normal del mundo. Pensad que ha pasado de estar con sus hermanos y su madre, a hacer un viaje y llegar a vosotros. Claro que le dais mil besos y abrazos, pero no dejáis de ser unos desconocidos para él.
En ese sentido, no os preocupéis demasiado, lo normal es que necesite un par de días de adaptación para asimilar que sois su nueva familia y pasar a ser un perrito feliz que os querrá de forma incondicional para siempre.
Ahora bien, dicho lo anterior, nuestra recomendación es que pidáis cita con vuestro veterinario para que le haga un chequeo completo lo antes posible. A poder ser, el mismo día que os lo entregan o al día siguiente. Así os pueden asegurar que el perro está sano, que todo está en orden y, ya de paso, podéis bombardearle -sí, también a ellos jajaja- a preguntas sobre cómo cuidarle desde un punto de vista médico: qué vacunas le faltan (si es que le falta alguna), qué puede comer y qué no, cuándo puede salir a la calle y estar en contacto con otros perros, etc.
¿Cuándo puedo bañarlo, cómo lo hago y con cuánta frecuencia lo podré bañar?
Es muy frecuente que os entreguen al cachorro y tenga un olor un poco intenso (tantos juegos con sus hermanitos pasan factura jaja), así que vuestro primer impulso es querer bañarlo cuanto antes y que huela a bebé. Nuestra recomendación es que le bañéis por primera vez cuando el veterinario os diga que ya es posible. Bañarlo antes de tiempo, sin haberle puesto ciertas vacunas, puede poner en riesgo su salud y ¡no merece la pena!.
Mientras el veterinario os aconseje no bañarlo, desde Mascoboutique siempre os recomendamos limpiarlo con toallitas húmedas específicas para perro. Nuestras favoritas son las toallitas de Talco o las de Muschio Bianco. Con ellas podréis limpiarle las patitas, el culete, el morro y ¡les dejará un olor espectacular!.
Muchas veces, ante el olor del cachorro y la prohibición de bañarlo del veterinario, lo que nos pedís es colonia para intentar disimular el olor. Pero en nuestra opinión, las toallitas son mucho más efectivas en ese momento ya que, además de dejarles un olor muy bueno, les limpian.
Una vez que el veterinario os asegure que le podéis bañar sin riesgos, lo ideal es que lo bañéis con un champú específico para cachorro, con agua templada y en una habitación que esté calentita. Es muy importante que no pase frío, sin embargo, el agua muy caliente no es buena para ellos. Otro aspecto importante que tenéis que tener en cuenta es que, si vuestro cachorro es de una raza de manto largo, antes del baño tenéis que cepillarlo bien y aseguraros de que no tiene nudos. Finalizado el baño, es importantísimo secarlo muy bien con el secador, pero a poca potencia para que no le coja miedo.
El champú de cachorros que más nos gusta es el Champú Douceur Extrême y como carda para cepillarlo os recomendamos la Carda Doble Flexible o la Carda Púa Blanda Protegida.
Por último, respecto a la frecuencia de los baños, podéis bañarles sin problemas cada quince días, siempre y cuando sea con productos específicos para cachorros. No entramos más en este tema ya que tenemos todo un post preparado sobre la higiene y peluquería canina y ¡no queremos adelantaros todo aquí!
¿Cómo le educo para que me obedezca y, sobre todo, para que aprenda a hacer pis en la calle?
Cuando nos hacéis esta pregunta, nuestra respuesta suele ser que hagáis lo contrario a lo que hicimos nosotras con nuestros yorkshire terrier, Botón y Gin. Sí, lo reconocemos, éramos unas novatas y los hemos malcriado de la peor manera.
Os hacemos un listado de lo que hicimos para que entendáis lo que NO se debe hacer con un cachorro:
1) Sobreprotegerlos: nos parecían tan pequeñitos y frágiles que nos daba miedo que estuvieran en contacto con otros perros por si les hacían daño. Así que si veíamos que nos íbamos a cruzar con otro perro, nuestro instinto era apartarlos o incluso cogerlos en brazos. ERROR TOTAL. Ahora creemos que les tienen miedo y si ven a otro perro ladran sin parar y se ponen histéricos :(.
Lo ideal hubiera sido sociabilizarlos desde pequeños y transmitirles tranquilidad ante la presencia de otros perros. Ahora que estamos todo el día en contacto con perros, hemos comprobado que tienen sus códigos de conducta y cómo los adultos educan a los cachorros. Es una gozada ver cómo dos perros que no se conocen de nada, en cuestión de segundos, están jugando y pasándoselo pipa corriendo por toda la tienda.
2) No tener unas rutinas para la comida y para las salidas a la calle: de nuevo, nos parecían tan pequeños que nos daba miedo que pasaran hambre, así que tenían a su disposición todo el pienso que querían. ¡Buffet libre!. Ellos encantados porque si se aburrían o les entraba el gusanillo, comían unas croquetas de pienso y listo. A esto hay que unirle que si hacía frío o les veíamos dormiditos, optábamos por no sacarles de paseo en la hora que tocaba. De nuevo, ERROR TOTAL. El resultado fueron unos cachorros que se pasaban el día haciendo la digestión y no tenían claro cuándo bajarían a la calle, así que la alfombra del salón se convirtió en su aseo particular.
Con esta desorganización, aprendimos que lo correcto es tener unas rutinas de comida dándoles de comer dos o tres veces al día en horas concretas (aquí insistimos que hay que atenerse a lo que os recomiende el veterinario), de modo que el cachorro tenga a su disposición la comida en esos momentos concretos. Media hora más tarde aproximadamente, se les debe sacar a la calle y si hacen pis o caca en el paseo, premiarles para que entiendan que ese es el comportamiento correcto. ¡La rutina y un poco de paciencia acabarán dando sus frutos!
3) Consentirles (casi) todo: como a todo dueño con su cachorro, se nos caía la baba con todo lo que hacían, así que si se portaban mal, les regañábamos un poquito, ellos ponían cara de pena al estilo del gato de Shrek y nos ablandaban el corazón. Así que acabábamos cogiéndolos en brazos y dándoles besitos para que quitaran esa carita. Ahora saben que si hacen algo mal, se llevan una mini bronca del estilo a "¡Botón, eso no se hace!", él se pone panza arriba en modo sumisión total y en el minuto siguiente está haciendo su vida como si nada hubiera pasado.
Como veis nuestras dotes como educadoras caninas eran pésimas, pero en aquel momento Mascoboutique no existía y nosotras estábamos empezando a enamorarnos del mundo canino. Ahora tenemos las ideas algo más claras, pero no somos tan osadas como para daros lecciones de adiestramiento. Para ello, en futuros posts, queremos contar con adiestradores caninos que nos den consejos útiles y profesionales que os ayuden de verdad a tener perros felices, sanos y educados.
¿Debería comprarle collar o arnés?
Esta es la eterna pregunta que nos tememos que no tiene una respuesta única. Desde Mascoboutique recomendamos, con carácter general, empezar con un collar de nylon, regulable, blandito e idóneo para cachorros. Por ejemplo, los collares Bi One Parachute, los collares de Estrellas o los collares de Brott en las tallas pequeñas. ¿El motivo? Os va a resultar mucho más fácil educarles con un collar que con un arnés, ya que con el arnés tiran con toda su fuerza y pueden tomarte más el pelo haciendo lo que ellos quieren jaja. Además, al ser regulable, a medida que vaya creciendo vuestro cachorro, podréis ir agrandando el collar. Por otro lado, los collares de piel son muy indicados para perros de pelo largo como el caniche o el bichón maltés. Ahora bien, la decisión correcta va a depender de la raza del cachorro y de su personalidad. Desde nuestro humilde punto de vista, para cachorros de raza mediana y grande que sean un poco traviesos, lo ideal es el collar. Por supuesto, hay que tratar al cachorro con delicadeza y no dar tirones bruscos para no dañarles el cuello ni crearles miedos o traumas, pero creemos que en perros de esos tamaños el arnés tiene menos sentido.
Si el cachorro, sin embargo, es de una raza toy, por ejemplo, un bichón maltés, un yorkshire terrier, un caniche toy, etc. quizá pueda ser recomendable ponerles directamente un arnés blando y ligero. Así nos aseguramos de que su cuellito no se dañe en absoluto y, por su tamaño, es imposible que lleguen a tirar tanto como para no ser capaces de educarlos correctamente. Nuestra experiencia es que para esas razas, os encantan el Arnés de Estrellas Rosa o Negro, los Arneses Naja Camel, Coral o Negro o los arneses de Puppia o Pinkaholic.
En realidad, esta duda entre arnés o collar está muy ligada al adiestramiento, a la morfología y al carácter de cada perro, así que preferimos no explayarnos más y desarrollar el tema en más posts. ¿Os parece?
¿Mi cachorro necesita una cama premium?
Cuando tenemos un cachorro en casa son muchas las preguntas que nos hacemos: ¿Es mejor que tenga cama desde el principio? Si es así, cuando el cachorro crezca, ¿me seguirá sirviendo o le quedará pequeña?
Siempre es mejor que un perro tenga su propia cama, de esta forma se le acostumbra a diferenciar su espacio del espacio del dueño, creando un hábito. Para crear un entorno de mayor seguridad, las camitas que nosotros recomendamos en sus primeros meses son aquellas que ofrecen una "pared" a los lados y a ser posible que estén fabricadas con tejido de pelito; de esta forma, aunque duerma solo, se sentirá resguardado y protegido.
Aun así, la elección de la cama se transforma en una decisión compleja como hemos podido comprobar asesorándoos en la tienda. Muchos venís a la tienda y estáis deseando comprarle la mejor cama de todas que le sirva "para siempre". Ahora bien, ese "para siempre" en un cachorro es complicado ya que tienden a morder todo, se pueden hacer pis en la cama... en fin, qué os vamos a contar. ¡Son bebés! Además, si el cachorro es de raza grande esa cama para siempre tendrá que ser grande para que le valga también como adulto y puede que, siendo cachorro, la vea demasiado grande y no le guste.
Por lo que os acabamos de contar, nuestra recomendación es que la primera cama que le compréis a vuestro cachorro sea una cama resistente, económica y adaptada a su tamaño. Es bastante probable que esa primera cama acabe más estropeada de lo normal entre tanto juego y mordisco de las esquinas (sí, las esquinas de las camas deben de estar muy ricas jaja). Cuando sea adulto y empiece a comportarse como es debido, ya sí os animamos a que le compréis la cama de vuestros y sus sueños.
En resumen: para la elección de la primera cama os recomendamos la regla del bbb: "bueno, bonito y barato", como son la Cama Dream, la Cama Spirit, la Cama Happy o la Cama Leona.
¿Qué comederos le compro? ¿También seguimos la regla del bbb?
En el caso de los comederos, desde Mascoboutique sí que os recomendamos que optéis por los que más os gusten y pensando que serán sus comederos definitivos. A diferencia de lo que ocurre con la cama, conocemos a pocos cachorros que hayan roto su comedero (no sabemos si es porque no son capaces o porque ya desde pequeños entienden que con la comida no se juega, jaja). Por lo tanto, podéis elegir sin problema los comederos que os gusten y que sean adecuados para vuestro cachorro una vez que sea adulto. Como siempre os decimos, el comedero que utilicéis para el agua deberá ser un poco más grande, ya que es importante que vuestro perro siempre tenga agua a su disposición. A nosotros personalmente nos encantan los comederos de melamina de Hunter. Su base de melamina los hace muy resistentes a golpes y lametazos, y el cuenco de acero inoxidable permite lavarlos con comodidad, que tu perro coma siempre en un lugar higiénico y que no le altere los sabores de las comidas. ¡Nosotras los tenemos para Botón y Gin desde hace años y están como nuevos!
¿Cuál es el juguete perfecto para mi cachorro?
Al igual que sucede con los bebés, los juguetes para perros cachorros además de para divertirse, son una forma con la que aprender a jugar, a desenvolverse en su entorno, a compartir, a reforzar el vínculo con su dueño o incluso para educar…
Muchos juguetes para cachorros están orientados a su desarrollo físico y mental; ayudando a tu mascota a fortalecerse, a desarrollar sus instintos o a calmar el dolor que supone la crecida de los dientes durante los primeros meses. Muchas veces nos guiamos por lo que es atractivo a la vista, pero no tiene por qué ser adecuado para nuestro cachorro, por eso, desde Mascoboutique te aconsejamos que:
- No compres juguetes extremadamente pequeños, ya que podría tragárselo y asfixiarse.
- Observa si el juguete que vas a comprar tiene esquinas puntiagudas o bordes afilados.
- Aunque sean bonitos y divertidos, no compres juguetes para niños.
Tras unos consejos de seguridad, nos adentramos en para qué sirve cada juguete, y cuáles son los más adecuados para el desarrollo de tu cachorro. Desde Mascoboutique recomendamos que en sus primeros meses de vida no falten:
- Pelotas o juguetes de goma: de esta forma tu perro sentirá el juguete como una presa, no haciéndole perder así su instinto, además al ser blando y de goma le ayuda a reducir el estrés.
- Peluches: les otorga un plus de tranquilidad, calor y paz. Para ellos, es una sensación muy similar a compartir tiempo con sus "hermanitos" o su madre.
- Juguetes de cuerda: ¿Quién no ha jugado con su perro al tira y afloja? De esta forma nuestro cachorro mejora su higiene dental y además ayudará a mover los dientes de leche, dando lugar así a su dentadura definitiva.
Desde nuestra experiencia, creemos que es mejor que al menos disfrute de uno de cada categoría, aportándole así distintas vías de juego y enseñanza para que, además, pueda ir decidiendo qué tipo de juguetes le gustan más. Otra recomendación importante, los juguetes mejor que sobren a que falten, ¡que las patas de las sillas del comedor y los libros también deben de estar muy ricos!
¿Qué bolso de viaje es el ideal para tu cachorro?
Muchas veces venís a la tienda con vuestra bolita de pelo y en el kit inicial pensáis que es fundamental comprarle un transportín o bolsa de viaje. En nuestra opinión, eso no es así, al menos no inmediatamente salvo que vayas a viajar en las próximas semanas.
A la hora de escoger un transportín, es fundamental que escojas uno que se adapte al tamaño aproximado que tendrá tu cachorro cuando sea adulto, sin embargo, cuando el perro tiene 3-4 meses es muy difícil saber qué tamaño tendrá de adulto. Por eso, nuestro consejo es que, salvo que tengas que viajar sí o sí muy pronto, esperes a comprar el transportín al momento en el que vaya a hacer su primer viaje. Así estaremos seguros de que el transportín es del tamaño adecuado y cumple con los requisitos de la aerolínea o tren (y también esperamos un poquito más a hacer ese gasto).
Si la realidad es que desde el principio vas a estar viajando con tu cachorro, nuestra recomendación es que compres uno temporal, cómodo y que te saque del "apuro" los primeros meses. Pero asumiendo que ese bolso es probable que no te sirva para siempre.
Para terminar con el tema del transportín, otra duda muy común es saber cuál es el tamaño ideal de transportín para tu cachorro. Pues bien, lo ideal es que el cachorro pueda estar erguido dentro del transportín y pueda darse la vuelta sobre sí mismo pero sin que le sobre mucho espacio, y debes tener en cuenta que en su interior debes poder poner la manta del cachorro y algún juguete que le dé seguridad. Las primeras veces que el cachorro vea el transportín va a "salir pitando", pero ten paciencia, y ayúdale introduciendo alguna chuche, y dale tiempo para que lo olfatee, lo explore y lo establezca como su territorio. Si le fuerzas, tienes la batalla perdida y será muy difícil que vuelva a intentar meterse si no es obligado.
¡Si tienes más dudas... ven a vernos!